«¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!» (Salmos 133:1). En un magistral culto al Señor, donde todas las iglesias del Concilio El Caballero de la Cruz fueron convidadas, adoramos juntos al Dios de los Cielos y la Tierra. La iglesia sede del Concilio se regocijó de la unión y del compartir entre todas, tanto en adoración, palabra y aliento.

Los pastores de las iglesias hijas compartieron una palabra con la iglesia. El pastor Javier Negrón, de la Iglesia El Caballero de la Cruz: Ebenezer de Vega Baja, dirigió la palabra en torno a las promesas de Dios. Las promesas llevan su cumpliemiento cuando entramos en una dinámica de obediencia. La obediencia precede la promesa. Al pastor Negrón, le siguió con el mismo ímpetu el pastor Edward Hernández de la Iglesia El Caballero de la Cruz: Su Casa, Casa del Pan de Vida en Santa Juanita. Su mensaje fue de esperanza, un mensaje centrado en la venida de nuestro Señor Jesucristo. La venida de Cristo se aporxima, hay esperanza. Una vez concluido Hernández, procedió al púlpito el pastor Andy Marrero de la Iglesia El Caballero de la Cruz de Cataño. Expuso una palabra de aliento poderosa; y su hermano Ricky dio testimonio de cómo Dios transforma las experiencias negativas en lecciones de vida para nuestro bien. Y, finalmente, el pastor de la Iglesia El Caballero de la Cruz de Paraguay, Edson Turiano, trajo una palabra extraordinaria. Sus palabras narraban la fidelidad de Dios en cuanto al cumplimiento de sus promesas. Dios nunca nos falla, Él sigue siendo fiel.

Para concluir una noche tan especial procedimos a sentarnos a la mesa con el Señor, todos juntos, como una sola iglesia. ¡Qué hermoso es recordar el sacrificio que por nosotros fue hecho, y la promesa esperanzadora de Su venida! Fue una noche de victoria y de gran regocijo; de unión y de adoración.

Mi Casa es. . . la Casa de Todos