“Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.”- Juan 21:4-6 (RV 60).

Los discípulos de Jesús estaban pescando en la playa muy de mañana. Su Maestro y Señor había muerto y resucitado. Aunque lo habían visto ya en dos ocasiones, aún sus ojos no estaban completamente abiertos para entender las grandes verdades que Él les había enseñado.  El Espíritu Santo aún no había hecho morada en ellos. No habían entendido que Sus enseñanzas tenían que ser divulgadas por todo el mundo, y que ellos eran los responsables y los llamados para iniciar esa encomienda.  “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”.- Mateo 4:19 (RV 60)

 Tenían un llamado y una encomienda de parte del Señor. Aun así, volvieron a las tareas del pasado, sin recordar la tarea del presente asignada por Él.

El llamado sigue en pie para todos aquellos que somos discípulos de Cristo; los que hemos creído que Él es nuestro Señor. El mandato está vigente para Su amada Esposa, Su Iglesia, la que espera anhelantemente Su venida. Hay que salir y buscar almas para el reino de Cristo. En estos postreros días que estamos viviendo, donde todo anuncia que Su venida está a las puertas, este mandato está más vigente que nunca. Hay mucha necesidad en el mundo y la gente necesita oír la Palabra de Dios.

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?- Romanos 10:14 (RV 60)

Hay que salir a pescar, ser pescadores de almas y enseñarle a este mundo que existe el Evangelio. Devemos divulgar las buenas nuevas que establecen que el ser humano, que fue hecho a imagen y semejanza de Dios, puede volver a tener comunión con Él mediante la aceptación del sacrificio de su Hijo amado en la Cruz del Calvario. Debemos enseñar que a través de Jesús somos salvos y que tenemos una promesa de vivir una vida eterna, de confiar en Él y de reposar en Él. Enseñar que Su sangre, no solo nos limpia de pecado, sino que nos sana de nuestras enfermedades.  “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:4-5 (RV 60)

 El Maestro nos dijo que:  “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;  y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.”Mateo 13:47-48 (RV 60). Nos advirtió que al echar la red se podía recoger toda clase de peces;  buenos y malos.  Nadie puede evitar que al predicarse la Palabra, esta alcance a buenos y a malos. Hay malos que al someterse al Poder de la Palabra se tornan buenos, pero hay otros que seguirán siendo malos a pesar de que oyen continuamente los mensajes del Señor a través de los pastores y siervos que predican la Palabra.  Los podemos encontrar dentro de las congregaciones, pero el mismo Señor dice que el trigo y la cizaña deben de crecer juntos-Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Mateo 13:30 (RV 60).  Nuestra tarea es tirar la red y pescar, o sea, predicar la Palabra y ganar almas para el reino de los cielos. La tarea de separar el trigo y la cizaña, o los peces buenos de los malos, no nos corresponde a nosotros.

Hagamos nuestro trabajo, cumplamos con Su encomienda y no permitamos que nada ni nadie nos impida hacer la labor que Él nos delegó.

¿Desde cuándo no vas a pescar?  ¿Desde cuándo no tiras la red?

Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.- Mateo 13:51 (RV 60)

Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis. Juan 13:17 (RV 60).

Entonces…Volvamos a tirar la red… No hay excusas.