Con la base bíblica que se encuentra en Hechos 1:8 comenzó el mensaje del culto matutino de hoy domingo, 24 de mayo: «Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»  Luego de esta lectura, la pastora Iris N. Torres compartió con la iglesia varios recuerdos de su niñez.   Nos  contó que una vez la iglesia, cuando aún se encontraba en la Calle Comerío, fue visitada por una pareja de predicadores estadounidenses, los hermanos McClain.  Ellos hablaban en inglés y un intérprete los acompañaba. Ella observaba desde la primera banca y se maravillaba al ver  la autoridad y poder con que la Sra. MacClain predicaba y oraba.  Había algo diferente que ella comenzó a anhelar.  Nos relató  que pasó el tiempo, y seguía pidiéndole a Dios por la llenura del Espíritu Santo. Y un día, en un culto de juveniles, estando de invitado el mismo intérprete de los Hermanos MacClain, al orar por ella, y sin ni siquiera llegar a colocar su mano en su cabeza, recibió el bautismo del Espíritu Santo.

El mensaje de la pastora en esta mañana se resume de la siguiente manera:  Anhela el Espíritu Santo en tu vida.  Dios quiere que entiendas que él ha puesto en ti el poder. Este poder es autoridad para cambiar los tiempos, autoridad para llamar lo que no es como si fuera, poder para sanar y para llevar a otros su palabra. El diablo pretende acorralar a la iglesia para que olvide quién es y para que no asuma su autoridad sobre él. El enemigo quiere que la iglesia se sienta culpable y se sienta menos, pero debemos recordar lo que dice la palabra: que si siete veces cae el justo, siete veces Jehová lo levantará. No podemos olvidar que Dios es quien nos ha dado poder a través del Espíritu Santo.

La pastora comparó la condición de la iglesia con el conocido poema de Luis Llorens Torres «El Patito Feo». La iglesia es un cisne, que siendo pequeño fue criado entre patos y no sabía quién era en realidad.  Sufrió mucho desprecio por ser diferente, hasta que un día, al crecer, vio un hermoso cisne y se reconoció a sí mismo en él. Nos explicó que cuando la iglesia se ubica fuera de lugar, experimenta lo mismo.  Exhortó luego a la iglesia a tomar su lugar y a ejercer el poder que le ha sido dado.  «No importa lo que estás viviendo, tú tienes poder. Tienes poder para pararte frente al diagnóstico médico, frente a la cuenta de banco, frente a la circunstancia difícil y declarar la victoria.  El que ha recibido poder, camina diferente, da frutos y cambia su manera de vivir», continuó diciendo nuestra pastora.

A ti que lees este escrito, te exhortamos a que tomes tu lugar y ejerzas el poder que te ha sido dado en el Nombre de Jesús. No te dejes acorralar por las circunstancias y levántate con autoridad.

 

Mi casa es la casa de todos.