La Sociedad de Jóvenes unida, para adorar y compartir la palabra se presentó, como de costumbre, en el primer piso de nuestra iglesia . El mensaje fue traído por Estrella, una de nuestros jóvenes que ama a Dios.
El mensaje de la noche estuvo basado en Jonás 1.
¿A dónde vas? ¿A dónde te diriges? Preguntas comunes que nos acompañan en muchos momentos de nuestra vida. El decidir a dónde vamos conlleva elegir un camino y tomar responsabilidad de las consecuencias.
Jonás fue un profeta llamado por Dios a ir a Nínive a pregonar en contra de ella, porque la maldad de ellos había llegado delante de Dios. Pero Jonás decidió no ir a donde Dios le llamaba, sino ir a Tarsis, que se encuentra geográficamente al lado contrario de Nínive. ¿Será posible huir de la presencia de Jehová? Jonás pensó que sí era posible, tanto, que al entrar al barco que lo llevaría a Tarsis, durmió. Pero al levantarse una tormenta, él tuvo que responder a la tripulación de donde él venía, que era hebreo y que su Dios era Jehová. Por cuanto la tripulación temió al Dios de Jonás, este fue echado al mar y terminó en el estómago de un pez. Es en el pez que Jonás se siente fuera de la presencia de Dios, indicando sentirse en el seno del Seol, que es donde están los muertos, donde no hay vida; ahí en ese momento, Jonás clamó.
Al salir de la voluntad de Dios, nos dormimos de la verdad. Nos salimos del tiempo de Dios, que es distinto al de nosotros. Llegan las tempestades, hacen estragos y no nos damos cuenta que elegimos mal y los que nos rodean son afectados. ¡Qué triste es estar fuera de la voluntad de Dios! Aunque huyamos de su voluntad, su presencia nos alcanza (Salmo 139 7:12). Él pone momentos en nuestra vida que nos exponen, para que seamos transformados si nosotros deseamos. Como Jonás, tomamos decisiones que nos alejan del llamado de Dios. En ese momento en nuestro pez de orgullo, autosuficiencia, comodidad, tristeza o inseguridad, clamemos a Dios.
¿Estás en el camino que te lleva a la muerte o estás en el camino de Dios que es vida? ¿Estás de camino a tu pez o dentro del pez? No tengas miedo que tu pez te vomite. Es mejor que te vomite tu pez a que te vomite Dios. Dios no le preguntó a Jonás si quería ir a Nínive, ya que conocía su corazón, fortalezas y limitaciones. Dios ya depositó algo en ti, es Jehová quien pone la palabra, la unción y el poder. Entra en la voluntad de Dios y obedece. Somos deudores de una sociedad que se pierde y se muere.
¿A dónde vas? ¿En dónde estás?
CONÉCTATE