En el pasado escrito, tuvimos la oportunidad de compartir el testimonio de tres jóvenes, los cuales comunicaron solo un poco de lo que Dios ha hecho en sus vidas y por lo que viven agradecidos. Además de Rolando Negrón, Giancarlos L. Pérez y Alondra D. Cosme, hoy tendremos la oportunidad de conocer acerca de Gadier M. y Estrella M. Colón.
4. Gadier M. habló de cómo desde temprana edad estuvo involucrado en las cosas de Dios, teniendo la oportunidad de predicar la palabra en varias ocasiones. Este joven cuenta, que por el hecho de ver que estaba tan envuelto en las cosas de Dios, se confió y se enfrió espiritualmente. “Abusé de la misericordia y de la gracia de Dios; nosotros no estamos exentos de los ataques del enemigo”, compartió. Pasado el tiempo, comenzó a comportarse de una manera inaceptable, se unió a personas indebidas y visitó lugares que no debía. Luego de 3 meses de un acontecimiento del que sus padres no tenían conocimiento, el Señor le mostró a su madre lo que había ocurrido.
“Ese momento en que mis padres se enteran, yo me sentí basura, defraude a mis padres, traicione a Dios; todo lo que había hecho desde mi niñez lo tire a la basura. Todo mi historial desde pequeño ya no valía la pena. Fue ahí cuando caí en cuenta de todo lo que eché a perder”, dijo el joven.
Luego de una semana, sus padres le invitan a asistir a la Iglesia (El Caballero de la Cruz), donde el Señor trae paz a su vida, pero aun en su ser, sentía que no estaba en el nivel que correspondía, no estaba siendo la sal del mundo, no creía en el mismo. “Aunque ustedes no lo crean, el hecho de yo estar dando este testimonio, lo hace un testimonio; era la pieza que faltaba para evidenciar que Dios es un Dios de oportunidades”, expresó con clara emoción.
5. A diferencia de los demás jóvenes, Estrella M. Colón no fue criada en el evangelio, pero siempre le inculcaron ese temor. Su testimonio fue dirigido hacia como el amor de Dios fue marcando su vida aun cuando ella no le conocía, expresando relatos sobre sanidades, cuidado de Dios en accidentes y su presencia en los momentos difíciles. No fue hasta la pérdida de su madre, que esta joven llega a experimentar el amor de Dios, amor que apaciguó el dolor, la confrontó con su orgullo y la autosuficiencia. “Cuando Estrella comenzó a doblegarse, ahí fue que pude reconocer el dolor que el pasado había causado en mi, dándole la oportunidad a Dios de trabajar en mi vida”, compartió. En ese momento fue que pudo conocer a Dios y experimentar lo que ella veía en los jóvenes cuando llegó por primera vez a la sociedad. “Llegaste hasta aquí, perfecto. Ahora viene lo más difícil; entrega, sometimiento, compromiso.”, dijo con firmeza. Deja que el Señor trabaje con tu vida, no te vas arrepentir.
A través de estos testimonios, notamos que cada joven es un libro abierto para aquellos que no conocen del Rey de Reyes y Señor de Señores. Joven, abre tu boca, comparte aquello que Dios ha hecho en tu vida, cada testimonio es único. Que otros sepan que hay esperanza.

 

escrito por: Loanette Morales