El pasado viernes, 12 de agosto, la Sociedad de Jovenes Luces de Sion fue convocada a tener una relación con Dios. La palabra relación es definida, por la Real Académia Española, como el trato o comunicación de alguien con otra persona. Dicha definición fue la linea de pensamiento seguida por quién tenía a cargo la exposición de la palabra, la joven Claudia Ramírez. Utilizó el Salmo 51: 15-17 como base bíblica. Le dio por tema a la predicación: «¿Cómo te conquisto?» David, el Rey de Israel, es quién escribe estos textos una vez es confrontado por el profeta Natán, luego de que provocase la muerte de Urías. El joven David, una vez es ungido por el profeta Samuel, conoció la soledad del monte enfrentandose tanto al león y al oso, a Goliat, al rey Saul y hasta la cueva de Adulan. Si alguien sabía como llegar al corazón de Dios ese era David, que a travéz del quebranto logró crear una relación con el Padre. «El quebrantamiento llega para el que peca deliberadamente, como para aquel que vive en rectitud», recalcó la joven. Es a travéz del quebranto que nuestra forma de pensar y de ver la cosas cambian. En esos momentos nos acercamos al Dios todo poderoso sin pretenciones, sin fuerzas, en busca de refugio y es cuando precisamente entendemos que no nos queda nada.
Ni aún los sacrificios moverán la mano de Dios a nuestro favor, simplemente un corazón humilde, como así lo expresó la predicadora haciendo uso del versículo 17 del Salmo 51.
Nada en nosotros es capáz de impresionar a Dios, por tal razón es preciso y necesario entender y procurar relacionarnos con Dios para que Él sea quitando todo lo que estorba el cumplimiento de su sueño y propósito en cada uno de nosotros. Entonces, ¿Cómo lo conquisto? Siendo humildes y presentandose ante Él con un corazón contrito y humillado (2 Crónicas 7:14). ¿Qué necesitamos para conquistar su corazón cuando nos pide nos acerquemos a Él? Primeramente, necesitamos entender que somos sus hijos (Juan 1:12). Segundo, abrazar la gracia (Efesios 2:8). Tercero, necesitamos acercarnos a Él confiadamente, como Él se acerca a nosotros. «Sólo relacionandonos con el Padre le conoceremos como Él quiere que le conozcamos y no como nosotros le queremos conocer. Es por medio de esa relación, que hablaremos como Él habla, amaremos como Él ama y seremos compasivos con el prójimo», culminó.
Escrito por: Loanette Morales
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