“Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible”

-Hebreos 11:27

 

  • ¿Qué entiendes tú que es fe?
  • ¿Tendrás la misma convicción que el profeta Elías?
  • ¿Caminas con la misma certeza que Moisés?

Sí, a muchos nos viene a memoria el tan repetido verso “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1), pero en realidad no hemos captado lo que esto implica.  La convicción viene siendo una certeza, una garantía.  Es el estar convencido y persuadido de que lo que ha de ser, es ya.  Un ejemplo de ello lo podemos encontrar trazando una mirada al profeta Elías, cuando envió a su criado a ir siete veces a la cima de un monte y mirar hacia el mar, a la espera de ver la lluvia (1 Reyes 18: 41-46).  Elías ya lo había profetizado, por tal razón mandó de continuo al criado pues él sabía que la nube, descrita como una del tamaño de la mano de un hombre, ya era. El día en que decidas acercarte, verás el tamaño correcto de tu bendición.  La nube no era pequeña, la distancia la hacía ver así; por tanto, deja de estar pendiente a lo que no es tuyo para que puedas estar pendiente a lo tuyo.

Por otra parte, encontramos a Moisés.  Moisés fue capaz de abandonar todo tipo de comodidades en Egipto por seguir al Invisible. Su plena convicción en él, le permitió tomar dicha decisión sin temor a Faraón.  Recuerda, habrá decisiones con las que no todo el mundo estará de acuerdo, pero si Dios va contigo, ¿quién contra ti?  En Éxodo 14: 15-20 está relatado el acontecimiento de la división del Mar Rojo. ¿Qué podemos aprender de ello? Lo primero, aprende a distinguir los tiempos.  Hay un tiempo para orar y otro para accionar (v.15).  Segundo, el Señor permite la persecución para movernos, para quitarnos de la zona de confort (v.17).  Por último, confía; los enemigos a ti no llegarán.  Tu bendición (en este caso el ángel de Jehová, la columna de nube y la columna de fuego) nublará la vista de tus adversarios, pues la misma le servirá como tinieblas (v. 19-20).