AMOR benignidad Gozo Mansedumbre Templanza

Bondad fe PACIENCIA paz 

            «¿Hasta cuando tendré que soportar sus insultos?» «Mi compañera de trabajo no merece mi ayuda por tanto mal que ha hecho.» «Deseo venganza.» «No creo que el dinero me alcance.» ¡DETENTE!

            Piensa por un instante y escudriña tus pensamientos. ¿Qué hay de bueno en ellos?  Vamos a retroceder y analicemos dónde estamos parados.  Cada día nos enfrentamos a situaciones que estremecen nuestros fundamentos y cada una de ellas es la ocasión perfecta para poner de manifiesto el fruto del Espíritu Santo.  Todos y cada uno de estos frutos  van de la mano, son uno solo, y en la medida en que los colocamos en práctica damos testimonio de lo que Dios está haciendo con nuestro carácter, nuestra forma de pensar, los sentimientos, las emociones, en fin, nuestra vida.  Tus acciones tienen consecuencias, sean buenas o malas.  Como jóvenes cristianos se nos debe notar que somos distintos. En una próxima ocasión pregúntate a ti mismo, ¿qué haría Jesús?  Él es el mejor ejemplo, uno que pasó por lo mismo que nosotros, por lo tanto, no hay excusa.  Esto es una carrera y lo importante de ella no es quién llega primero, sino quién permanece hasta el final.

Ante un problema sin solución aparente, ten paz, él está en control.  ¿Tienes la oportunidad de vengarte?, ten paciencia y sé lento para la ira. Hubo uno que te perdonó a pesar de todo.

 

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”

                                                                                                                        ~Gálatas 5: 22-23