Ante las amenzas que enfrentaba la naciente iglesia cristiana, Pedro decide escribirle su segunda epístola. Los peligros de los falsos maestros eran muy reales: torcían las escrituras, tergiversaban las enseñanzas del Señor y las apostólicas, y buscaban satisfacer sus apetitos. Su motivación radicaba en buscar fama terrenal, enriquecesrse de lo que la atención de multitudes podía ofrecerles, desviando para si la atención de la iglesia.  Nuestra maestra, Vanessa Torres, nos dirigió esta fascinante clase. Utilizamos como refencia el expositor El Discípulo Bíblico.

«. . . sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. . .  Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. ero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.» (2 Pedro 3: 3,4,9,10,13

«Las consecuencias del pecado original son físicas y espirituales», exclamó nuestra pastora. Las implicaciones de nuestras acciones tienen repercusiones tanto en el cielo como en la tierra. Debemos velar y ser cuidadosos con lo que hacemos, recordando que hay consecuencias para cada acción. «Tenemos que ser transformados para ir al cielo. La carne no entra allí», enseñó Torres. Seres mortales no pueden habitar en la eternidad. Requerimos de una metamorfosis; esta solo se obtiene a través del Dios poderoso. No hay forma de llgar por nuestras propias fuerzas, si no a través de Él. «Hay que correr la carrera de la fe», exhortó. «Cuando Cristo vino, vino a cumplir un plan y un propósito. La Biblia sostiene que Cristo vive » finalizó.

Amado hermano, le esperamos todos los domingos en la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz, a las 9:30am, en la Escuela Dominical: la espina dorsal de la Iglesia.

Mi Casa es. . . la Casa de Todos