La clase de damas de nuestra hermana Vilma Pizarro se localiza en el tercer piso de nuestra iglesia. Esta es una muy dinámica y abierta a discusiones sanas, dando apertura a un aprendizaje más participativo y práctico, en el cual se comparten anécdotas y experiencias vividas que fortalecen el material bíblico determinado para el estudio. El domingo 23 de agosto nos dispusimos a estudiar Zacarías 7: 8:14, y utilizamos como referencia la revista El Discípulo.

«Y vino palabra de Jehová a Zacarías, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano. Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos. Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos; sino que los esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable». (Zacarías 7: 8-14)

Cuando hago bondad, a Dios se lo hago. Cuando no quiero, contra Dios lo hago.

La cotidianidad de la vida y la monotonía de las actividadaes rutinarias que ellas conforman nos pueden llevar a actitudes no aceptables que tergiversan nuestras intenciones y nuestra genuinidad en nuestra relación con Dios. Es necesario combatirlas y recapturar la esencia de nuestro culto devocional personal. «Ayunamos para que todos lo sepan, oramos para que nos vean; nos hemos convertidos en religiosos», expresó enégicamente Pizarro. «La lengua larga le gusta sacar las cosas a la gente», aludiendo a conducta que merece ser corregida. No puede salir bendición y maldición de un mismo origen. «La verdadera justicia es hacer bondad con nuestro prójimo. Debemos tener misericordia con el otro, compasión por el otro». «Cuando hago bondad, a Dios se lo hago. Cuando no quiero, contra Dios lo hago». «Dios va a suplir, por cuanto le sirves a Él». «Aprendamos a cubrir la necesidad del necesitado», finalizó. ¡Si Jesús así lo hizo, cuánto mas nosotros!

Amado hermano, le esperamos todos los domingos en la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz, a las 9:30am, en la Escuela Dominical: la espina dorsal de la Iglesia.

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