Continuamos con el estudio del evangelio según San Juan. En clases anteriores hemos mirado más de cerca el panorama de este gran evangelio. Fuimos enseñados que este libro tiene un propósito temático, y este es mostrar la deidad de Jesús. En la clase hoy, nuestra maestra, la pastora Vanessa Torres, nos pintó el marco de la última gran señal que narra el apóstol Juan acerca de la vida de Jesús. Entendimos que la muerte de Lázaro tenía un propósito definido: mostrar la gloria de Dios. Utilizamos como referencia Juan 11 y la revista El Discípulo.

«Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: !Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.» (Juan 11: 38-44)

«La pasión y explosividad se fue transformando en lealtad incondicional a Dios. Juan logró cambiar su temperamento a una devoción que no ha podido ser superada», destacó la pastora. «Los milagros manifiestan fe y vida eterna.» «Jesús no reconoció cultura ni regla: era Dios. Cristo rompió las costumbres, no reconoce la autoridad humana», enseñó. «Dios está por encima del tiempo. Dios es el Dios de los tiempos. Dios no tiene límites», dijo la maestra. «Dios está por encima de la cantidad. Dios es el Dios del universo; desafió la física. Él va por encima de la naturaleza humana», finalizó.

Amado hermano, le esperamos todos los domingos en la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz, a las 9:30am, en la Escuela Dominical: la espina dorsal de la Iglesia.

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