¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? – Mateo 27:22 (RV 60)

Los creyentes en Cristo conmemoran dos grandes festividades durante el año: la “Semana Mayor” y la Navidad.

Estas fechas son conocidas en el mundo entero, dondequiera que hay un hijo de Dios. Aun los que alegadamente no creen en Dios saben de la existencia de estas conmemoraciones. La «Semana Mayor» se declara «Semana Santa» porque, históricamente hablando, se conmemora la muerte y pasión de nuestro Salvador.

Jesús cambió la historia en un antes y después de Él… Quieran aceptarlo o no, es un hecho histórico. El apóstol Juan escribió en el evangelio que lleva su nombre que “…hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir.”-Juan 21:25 (RV 60)

Ante la realidad de que Jesús vino al mundo, y “…siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”-Filipenses 2:6-8 (RV 60), surge la pregunta: ¿Qué pues, harás de Jesús, llamado el Cristo?

El amor de Dios se manifestó en Su máxima expresión cuando envió a Su unigénito Hijo al mundo para cumplir y culminar con la demanda del sacrificio perfecto: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”- Juan 3:16 (RV 60). Desde la antigüedad, se buscaba un sacrificio perfecto para cubrir los pecados del hombre. Estos sacrificios dieron comienzo desde el mismo momento en que nuestros primeros padres, Adán y Eva, pecaron. Luego de la caída del hombre, la Biblia indica que: «Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” Génesis 3:21 (RV 60).

Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, Jehová Dios ordenó que se celebrara la Pascua. Jesús mismo celebró la Pascua. El apóstol Pablo le indica a los Corintios: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”-1 Corintios 5:7 (RV 60)

La sangre del cordero sacrificado en la Pascua libró al pueblo de Israel de morir en Egipto mientras que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado y nos libra de la muerte eterna. (Éxodo 12:13, Juan 1:7). La sangre de los sacrificios cubría los pecados del pueblo, la sangre de Jesucristo quita el pecado. En Su muerte, quitó la muerte de la humanidad y trajo a la luz la vida a los que en Él creen.

El sacrificio de Jesús no solamente le dio la oportunidad al hombre de quedar limpio de todo pecado y evitar la condenación eterna, sino que también nos dio la sanidad de nuestro cuerpo. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”-Isaías 53:5

Vuelvo a preguntarte: ¿Qué, pues, harás con Jesús, llamado el Cristo?

¿Estás en pecado? Cristo solo espera que aceptes Su sacrificio para perdón de tus pecados.

¿Estás enfermo o enferma? Jesús llevó en su cuerpo la maldición de la enfermedad y ya fuimos curados. Su sacrificio fue perfecto. No tienes que seguir enfermo o enferma.

“Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! -Mateo 27:22 (RV 60)

¿Qué dirás tú?…

 Si no has aceptado aún el sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario te invito a que en este momento le entregues tu vida a Él.

Puedes orar y decirle: Perdóname Señor de todos mis pecados, escribe mi nombre en el libro de la vida y haz de mí una nueva criatura. Confieso que Jesús es el Señor y que Dios le levantó de los muertos. En este momento te invito a morar en mi corazón y manifestarte en mi vida a través de tu Santo Espíritu. Amén.

Congrégate en una iglesia donde te enseñen la Palabra de Dios. Te invito a que asistas a nuestra Iglesia.  Te recibiremos con mucho amor.  Te aseguro que tu vida ya no será igual…