La clase de Orlando González, ubicada en la Academia de la iglesia, fue dirigida por el maestro Enrique «Quique» García. Discutimos la clase sugerida de la revista El Discípulo y utilizamos como referencia, y objeto de estudio, a Hechos 5:27-42. La clase giraba en torno al testimonio de los apóstoles frente a sus detractores. El creyente, de manera similar, debe mantener una imagen íntegra y acorde con la vida ejemplificada por Jesús y sus discípulos. Hemos sido llamados a ser diferentes del mundo secular y del mundo religioso; hemos sido llamados a emular a Jesús.
«Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.» (Hechos 5:27-32)
Tenemos que tener buen testimonio en la Iglesia y afuera
«Los discípulos estaban entre dos grandes intereses: los romanos, en su idolatría y paganismo, y los fariseos», describió el maestro el panorama en que se encontraban. «Dios dictamina algo, y el hombre ha tendido a hacer lo contrario», sentenció. Vemos a través de la historia, y de la misma Biblia, como el hombre ha pretendido y ostentado su propia voluntad sobre la de Dios; los resultados hablan más que los libros. Lo podemos contrastar con la actitud de los apóstoles frente al concilio. «Tenemos que tener fe y certeza de que Dios sana», exhortó. «Sin la presencia del Espíritu, los apóstoles no hubiesen entendido su misión ni su propósito», explicó. Sin la ilumincación del Espíritu, el Evangelio permanecería para nosotros siendo locura (1 Corintios 1:18); no lo entenderíamos. Es el Espíritu quien nos revela la persona de Jesucristo y quien nos guía a la verdad. «Tenemos que tener buen testimonio en la Iglesia y afuera», finalizó. Nuestras acciones hablan más que nuestra predicación.
Amado hermano, le esperamos todos los domingos en la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz, a las 9:30am, en la Escuela Dominical: la espina dorsal de la Iglesia.
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